Estaba roto porque lo habían forzado para robarle el dinero y le faltaba un "platillo" pero la vendedora me prometió buscarlo por el almacén y cumplió.
Una vez tratado para quitarle el óxido, le dí una mano de imprimación antioxidante y dos manos de pintura negro efecto forja (tiene detalles en dorado y no me gustaba el contraste del negro puro y el dorado).
Ahora le buscaré un lugar dentro de la casa donde pueda lucir e iluminar con sus velas. A mi me gusta pero ¿sois de mi opinión o no sois partidarias de poner en vuestras casas artículos de iglesia?.