Me gustaba porque era un recuerdo de ella pero no quería ponerla así en mi casa.
La pinte de gris y por encima de blanco. Le pequé trozos de una servilleta y luego froté con una lija para que se viese el gris que hay debajo. Una mano de barniz para proteger todo y este es el resultado.
No entendía por qué tenía siete clavos (tres de un lado y cuatro de otro), incluso estuve a punto de quitar uno para que quedasen simétricos. Ahora sé que es para que dé suerte por lo que los dejé tal y como estaban y la colgué detrás de la puerta de la entrada. Espero que funcione jejeje.
¡Feliz semana!
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